Hace unos días leí un interesante artículo en el portal de noticias www.abc.es, el que abordaba un reciente estudio realizado por una prestigiosa universidad de Estados Unidos, abordaba las frases comunes, que tanto padres como profesores de matemáticas usamos para elogiar o estimular el trabajo realizado por nuestros hijos o estudiantes. Al respecto, hace un tiempo publiqué un artículo que aborda en cierta forma este tema, “mentalidad de crecimiento”, les invito a leerlo.
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Georgia (EEUU), co-dirigido por Michael Barger, profesor asistente del departamento de Psicología Educativa de la Facultad de Educación Mary Frances Early, han encontrado evidencia para afirmar que animar a los niños con expresiones relacionadas con sus rasgos personales o habilidades innatas podría disminuir su motivación y rendimiento en matemáticas a corto y mediano plazo.
Los padres que hacen comentarios relacionados al rendimiento académico de sus hijos con características personales tales como la inteligencia (por ejemplo, «eres muy inteligente» o «al parecer las matemáticas no son lo tuyo») están utilizando lo que se conoce como «respuestas de persona».
En contraparte, los padres que relacionan las acciones de sus hijos, como el esfuerzo, la dedicación, la constancia, el uso de estrategias, con su rendimiento académico (por ejemplo, «ves que con esfuerzo se puede lograr» o «¿qué estrategias podrías usar para tu próxima prueba de matemáticas?») están utilizando respuestas de proceso.
Según Barger, los elogios centrados en la persona suenan bien en primera instancia, por ejemplo: eres muy inteligente. Podría socavar la motivación de los estudiantes al momento de enfrentar desafíos más complejos sin tener éxito.
El experto mencionó que el común de las personas tiende a relacionar las habilidades matemáticas como «algo que algunos pueden hacer y otros no», lenguaje común entre los padres o los profesores, inclusive, entre los estudiantes.
Elogiar la estrategia y el esfuerzo
Para el estudio, los investigadores pidieron a más de 500 padres que informaran sobre cómo responden al rendimiento de sus hijos en matemáticas y sobre sus creencias y objetivos en esta materia. Los estudiantes fueron evaluados en dos grupos a lo largo de un año para medir su motivación y rendimiento en matemáticas.
Los resultados mostraron que los padres que consideraban que la capacidad matemática tenía naturaleza cambiante eran más propensos a dar respuestas de proceso centradas en el uso de estrategias y los esfuerzos de sus hijos más que en su inteligencia u otros atributos personales.
En cambio, los padres que creen que la capacidad matemática es inmutable y que el fracaso en matemáticas no puede ser constructivo, dieron respuestas más orientadas a la persona. Los padres con altas expectativas para sus hijos dieron una combinación de ambas respuestas.
Atte. Patricio Figueroa M – Profesor de Matemáticas
Fuente: www.abc.es