Hace un tiempo en mi liceo que participé en una capacitación donde se abordó el tema de MENTALIDAD FIJA Y DE CRECIMIENTO concepto que en los últimos años se ha extendido al contexto educativo.

Según Dweck (2014), se refiere a las visiones individuales sobre uno mismo –desarrolladas en contextos sociales que favorecen ciertas creencias–, que afectan profundamente el modo en que las personas conducimos nuestras vidas.

Según el autor, quienes se identifican con una mentalidad fija, consideran que las personas mantienen una cantidad de inteligencia determinada a lo largo de su vida, y que su tarea es demostrarla. Metafóricamente se podría decir que las cualidades personales han sido “talladas en piedra” y, por lo tanto, no son modificables.

En lado opuesto estarían los que poseen una mentalidad de crecimiento, quienes creen que las cualidades personales se cultivan con el esfuerzo. En este sentido, la práctica y las experiencias pueden modificar las habilidades y cualidades personales.

Según Susana Claro (2017) para desarrollar una mentalidad de crecimiento es importante tener en cuenta que:

 (1) el cerebro es plástico y puede generar nuevas conexiones, por lo que, si se entrena, se pueden cultivar nuevas habilidades;

(2) no es positivo celebrar a la persona, sino que su proceso y las cosas que hace, y

(3) valorar el fracaso, considerando que este es una herramienta poderosa de aprendizaje.

Según los resultados para estudiantes SIMCE 2017 de II medio, el 71 % posee una mentalidad de crecimiento, lo que no presenta variaciones según género. Sin embargo, sí surgen diferencias entre los distintos grupos socioeconómicos (GSE) de los establecimientos: a medida que aumenta el GSE, aumenta también la mentalidad de crecimiento de los estudiantes.

Como se muestra en la Tabla 1, en el GSE bajo, solo el 58 % posee mentalidad de crecimiento, con diez puntos porcentuales por debajo del grupo medio-bajo (68 %). La diferencia con el grupo más alto alcanza los 25 puntos porcentuales.

Gráfico tabla 1:

Al analizar los resultados de SIMCE matemáticas considerando la variable GSE se observa que esta tendencia se replica dentro de cada grupo. Así, en el GSE más bajo, los estudiantes que poseen mentalidad de crecimiento obtienen un puntaje promedio en Matemática 25 puntos superior al de los del mismo grupo que poseen una mentalidad fija. Estas diferencias son incluso mayores para los GSE medio bajo y medio

Gráfico tabla 2:

Creo que estos resultados son interesantes de analizarlos, además, de conocer más acerca de la propuesta del autor Dweck (GROWTH MINDSET).

Atte. Patricio Figueroa M.

Fuente: Agencia Calidad de la Educación