Un estudio elaborado por las instituciones españolas ISEAK y Fundación Cotec para la innovación, respecto al uso de tecnologías en aula de matemáticas, clasificó a los estudiantes según su frecuencia de uso en: muy bajo, bajo, medio, intensivo y muy intensivo.
El trabajo entregó evidencias de que un uso bajo, medio y, en ocasiones, intensivo favorece el rendimiento en la asignatura de matemáticas en comparación con un uso muy bajo en los estudiantes de 15 años pertenecientes a los 22 países de la OCDE que rindieron la PISA el 2018.
Medio curso por debajo
“En España, en términos de rendimiento matemático, el alumnado que hace un uso muy intensivo se situaría medio curso por debajo de quienes usan las tecnologías con muy baja frecuencia. Esta penalización es aún más negativa para el alumnado de menor nivel socioeconómico y para el alumnado femenino, si bien estos dos colectivos son menos numerosos en la categoría de usuarios muy intensivos.
La diferencia entre un uso óptimo de la tecnología en las aulas y un uso muy intensivo sería de tres cuartos de curso escolar, es decir casi siete meses de los nueve que tiene.
“Incluso en los centros donde estas políticas se implementan, el usuario muy intensivo de la tecnología en el centro educativo sigue teniendo un desempeño menor en matemáticas en comparación con el usuario de muy baja frecuencia”, añaden.
El peligro del uso excesivo
Según los investigadores, “No necesariamente a más pantallas en las aulas, peores resultados”, el problema es el uso excesivo. “Las conclusiones del estudio son contundentes en lo que respecta al uso excesivo, pues tiene un impacto negativo en el rendimiento académico. No obstante, un uso moderado (por ejemplo, con frecuencia semanal) se relaciona con mejores resultados que un uso nulo o casi nulo. Es decir, con moderación, la tecnología puede servir de ayuda, pero el abuso penaliza de manera muy significativa”, aseguran.
Causas posibles
Según las investigadoras, el impacto negativo del sobreuso de las tecnologías en el aula podría darse por diversas razones, si bien los datos del estudio no permiten conocer las causas. “Una razón, también sustentada por la OCDE, podría deberse a que el “multitasking” (realizar un gran número de tareas al mismo tiempo) facilitado por los dispositivos digitales pueden distraer al alumnado de las actividades de aprendizaje, en detrimento de la habilidad de los estudiantes para captar la información”, explican las autoras.
Recomendaciones
Antes de invertir recursos en gran cantidad de dispositivos tecnológicos, se deben sesionar que su integración conlleve un mejor (o, como mínimo, no peor) rendimiento académico de sus estudiantes en la asignatura de matemáticas.
En este sentido, el informe subraya que la inversión en recursos tecnológicos debe acompañarse de un plan integral sobre su implementación, seguido de evaluaciones rigurosas que cuantifiquen el impacto en el rendimiento del alumnado.
Atte. Patricio Figueroa M – Profesor de Matemáticas
Fuente: niusdiario.es