El primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, ha dado a conocer una medida contundente cuyo propósito es elevar los logros académicos de los estudiantes de su país: la prohibición de uso de teléfonos móviles en las escuelas. Esta iniciativa constituye un pilar fundamental de su plan inicial de 100 días, que contempla cambios sustanciales en el ámbito educativo.

Luxon expresó a los medios en Auckland: “Queremos que nuestros hijos aprendan, queremos que nuestros profesores enseñen, y para lograrlo, queremos que los teléfonos sean dejados antes de comenzar y recogidos al finalizar”. La decisión de transitar hacia un entorno escolar libre de dispositivos móviles sigue la senda de países como Australia, Canadá, China, Francia, el Reino Unido y varias naciones asiáticas, con el objetivo de mejorar la concentración de niños y jóvenes en sus estudios.

La ministra de Educación de dicha nación, Erica Stanford, respalda la política al señalar, junto con Luxon, que más del 50% de los jóvenes neozelandeses de 15 años no alcanzan los niveles esenciales de comprensión lectora y matemáticas. Stanford advierte que este déficit académico podría afectar severamente sus perspectivas futuras, obstaculizando su desarrollo personal y las metas que se proponen.

Aunque la prohibición de teléfonos en las escuelas coincide con una recomendación de un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicado en julio pasado, que busca elevar el rendimiento académico y reducir el ciberacoso, la política no ha obtenido un respaldo unánime entre los expertos. Investigaciones, como la realizada por las universidades suecas de Estocolmo y Södertörn en 2020, sugieren que los avances logrados mediante esta medida son modestos. Algunos educadores defienden las posibles ventajas de los dispositivos si se utilizan de manera inteligente en el entorno educativo.

Además de la prohibición de teléfonos, la administración de Luxon busca revitalizar el programa escolar con modificaciones en las asignaturas de inglés y matemáticas, la incorporación de una hora diaria de lectura y la implementación de sesiones regulares de escritura y matemáticas en las escuelas primarias y secundarias a partir del próximo año. Según la Evaluación Internacional de Estudiantes 2018 (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Nueva Zelanda se sitúa en los puestos undécimo, duodécimo y vigésimo séptimo en lectura, ciencias y matemáticas, respectivamente.

Atte. Patricio Figueroa M – Profesor de Matemáticas

Fuente: AFP