El año 2023 cerró con una noticia preocupante para Chile: la caída más pronunciada de nacimientos en una década. Esta tendencia, que se viene manifestando desde 2014, ha llevado a una realidad innegable: Chile está envejeciendo rápidamente. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en su conferencia “Transición demográfica y envejecimiento de la población en Chile” a fines de 2022, ya advertía sobre el avance irreversible hacia una etapa avanzada de envejecimiento demográfico. Ahora, los datos confirman que la proporción de personas mayores superará a los menores de 15 años para 2024.

La situación es más grave de lo anticipado, con proyecciones que sugieren que para el año 2026, más del 20% de la población chilena tendrá 60 años o más, marcando una etapa “muy avanzada” de envejecimiento poblacional. Este escenario plantea desafíos significativos en términos de salud pública, costos asociados y la reducción de la fuerza laboral, según Báltica Cabieses, directora del Centro de Salud Global Intercultural UDD.

El INE revela que la tasa de fecundidad está en un promedio alarmante de 1,3 hijos por mujer, muy por debajo del nivel recomendado de 2,1 hijos para evitar un envejecimiento excesivo de la población. Esta disminución en la tasa de natalidad no solo tiene implicaciones demográficas, sino también consecuencias directas en la salud pública y la productividad laboral.

Báltica Cabieses destaca que los efectos de esta baja tasa de natalidad se reflejan en problemáticas de alto costo y preocupación relacionadas con el envejecimiento. Además, señala que la reducción en la fuerza laboral y la productividad son inevitables en sociedades que experimentan un rápido envejecimiento.

La baja natalidad en Chile no solo es un indicador demográfico, sino un problema multifacético que afecta la salud, la productividad y el bienestar general de la sociedad. Es imperativo que las autoridades y la sociedad en su conjunto trabajen en conjunto para abordar este desafío, explorando medidas que fomenten la natalidad y mitiguen los impactos negativos del envejecimiento acelerado. La adopción de políticas públicas efectivas y el impulso de iniciativas que promuevan una mayor conciencia sobre la importancia de la familia y la maternidad podrían ser clave para revertir esta tendencia preocupante en el futuro de Chile.

Atte. Patricio Figueroa M – Profesor de Matemáticas