Junto con el inicio del año escolar donde hemos vuelto a las clases presenciales, han ocurrido situaciones de violencia entre estudiantes, también hacia profesores y apoderados, etc. Generalmente nos enteramos de estos hechos a través de los medios de comunicación, a mi juicio a veces los abordan con ribetes de sensacionalismo, dejando la impresión que esto es algo generalizado, no obstante, el tema es relevante de abordar, no solo por la situación que hemos vivido como consecuencia del confinamiento a raíz de la pandemia del COVID 19.
A continuación, rescato un extracto de una publicación realizada por el Mostrador.cl donde se entrevistaban a la destacada profesional Dra. Lorea Martínez, académica de inteligencia emocional de la Universidad de Columbia, quien afirma que: “El aprendizaje socioemocional no es una asignatura a realizar una vez por semana durante 30 minutos” :
Durante el 2022, los colegios estarán volviendo a la presencialidad. En este contexto, ¿qué tan relevante es que los establecimientos desarrollen un currículum más orientado hacia el aprendizaje socioemocional?
El aislamiento social, la pérdida de personas queridas a causa del Covid-19 y la falta de un sentimiento de normalidad en la vida cotidiana, ha afectado la salud mental de nuestras niñas, niños y jóvenes. Con el retorno a la presencialidad, las y los educadores seguramente notarán que los estudiantes tienen más dificultad para participar activamente en clase, muestran comportamientos más disruptivos o tienen dificultad para prestar atención o entregar sus tareas puntualmente. Esto es normal, sabemos que los cerebros bajo la influencia del estrés no pueden aprender.
Por estas razones, es muy importante que las y los educadores desarrollen un programa educativo que responda a las necesidades sociales y emocionales de sus estudiantes a través de una implementación sistemática del aprendizaje socioemocional, que cree espacios para aprender y practicar herramientas de regulación de las emociones, así como espacios para el desarrollo de las habilidades sociales y de relación entre iguales, que se vieron tan afectadas durante la pandemia.
¿Cuáles son los principales desafíos que viven los establecimientos con relación al aprendizaje socioemocional?
El desarrollo de un programa de aprendizaje socioemocional en el centro educativo requiere que haya un compromiso tanto por parte de los equipos de liderazgo, como por parte de las y los docentes. El aprendizaje socioemocional no es una asignatura que los estudiantes realizan una vez por semana durante 30 minutos, sino un proceso de transformación de la escuela para centrar el currículum y la pedagogía en las necesidades del alumnado, teniendo en cuenta el rol tan importante que las emociones tienen en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Al mismo tiempo, este trabajo requiere que los adultos practiquen y modelen en su vida diaria esas mismas habilidades sociales y emocionales que quieren desarrollar en su alumnado. Por esta razón, el trabajo con los adultos es una pieza imprescindible para asegurar el éxito del aprendizaje socioemocional en la escuela.
¿Cómo compatibilizar la implementación del aprendizaje socioemocional cuando las escuelas tienen desafíos más inmediatos como problemas de infraestructura u otros?
Las iniciativas de aprendizaje socioemocional mejoran el comportamiento de las y los estudiantes y su desarrollo académico en las pruebas estandarizadas. Asimismo, también tienen efectos positivos en los equipos docentes, porque ayudan a los profesionales de la educación a practicar estas importantes habilidades sociales y emocionales, ayudando en la resolución de conflictos y en la mejora del clima del centro. Cuando los adultos desarrollan estas competencias, tienen más herramientas para poder enfrentar otros retos o participar en procesos de priorización, que tengan en cuenta las personas.
¿Cómo transmitimos a las comunidades educativas la importancia de que las y los estudiantes tengan una educación con foco en sus emociones?
La implementación del aprendizaje socioemocional requiere que invitemos e incluyamos a todos los actores de la comunidad educativa en nuestro trabajo. Docentes, equipos directivos, familias, estudiantes y miembros de la comunidad deben formar parte de este proceso para crear una escuela que realmente responda a las necesidades de los estudiantes y que los prepare con las herramientas necesarias para tener éxito en el siglo XXI.
Estas habilidades no sólo ayudan a los estudiantes a aprender mejor, sino que son necesarias en su preparación académica de grado superior y en la vida profesional. La mayoría de las empresas buscan trabajadores que puedan trabajar en equipo, sean creativos, tenga iniciativa propia y puedan liderar equipos de trabajo.
Todas estas habilidades tienen su base en el aprendizaje socioemocional. Por tanto, trabajar las competencias sociales y emocionales en la escuela significa preparar a las generaciones futuras con las herramientas que necesitan para tener éxito profesionalmente y aumentar su bienestar personal a largo plazo.
Atte. Patricio Figueroa M – Profesor de Matemáticas
Fuente: El mostrador.cl